VOKI ARIELA

viernes, 25 de noviembre de 2011

La crisálida: Una fase extraordinaria                  
Toda oruga, después de sucesivas mudas y de constante y voraz alimentación, alcanza la madurez. Por esto deja de comer y dedica ahora su tiempo a buscar el lugar apropiado donde ha de transcurrir la siguiente fase de transformación que se conoce con los nombres de crisálida, pupa o ninfa. Elegido el lugar de reposo, comienza un estado aparente de quietud dando lugar al último proceso de muda desembarazándose de la cutícula que la cubre tomando un nuevo aspecto de su forma y estado hallándose ahora recubierta por una sólida envoltura quitinosa. En este estado pupal, la criatura permanece externamente inactiva, mientras que en su interior ocurren los más diversos y maravillosos cambios. Excepto el sistema nervioso, los demás tejidos se licuan en un proceso orgánico denominado histolisis dando lugar a la sustitución y transformación de los órganos larvales por los nuevos y definitivos órganos de una mariposa adulta.
En una mayoría de casos, la planta alimenticia suele ser la hospedadora de la crisálida. Las formas y colores son tan variados como en las mariposas. Algunas están suspendidas cabeza abajo
mediante una sujeción denominada cremaster, como son los casos del ninfálido Agraulis vanillae maculosa












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